Introducción
La cirugía ortopédica y traumatológica se enfrenta constantemente a los desafíos de las complejidades de las infecciones de huesos y articulaciones (BJI), lo que da lugar a implicaciones multifacéticas para los pacientes, sus familias y los sistemas de atención médica por igual. Estas infecciones abarcan un espectro de afecciones, incluidas las infecciones relacionadas con fracturas (IRF).1 Las IRF presentan una devastadora variedad de complicaciones que exigen estrategias de manejo intrincadas.2 El aumento previsto de fracturas de huesos largos, en particular en la población de edad avanzada, subraya la gravedad de esta preocupación.3 El riesgo de infección postraumática es matizado, oscilando entre el 1% y el 2% para las fracturas cerradas y aumentando hasta el 30% para las fracturas expuestas de tibia tipo III de Gustilo-Anderson.4 El logro de la erradicación de la infección cuenta con tasas de éxito variables, con tasas de recurrencia informadas entre el 13% y el 21%.5-7
Las secuelas de las IRF abarcan un espectro de desafíos, que incluyen inmovilidad, miedo potencial a las amputaciones, estadías hospitalarias prolongadas, cirugías múltiples y las implicaciones socioeconómicas de la pérdida de ingresos.8,9 La carga financiera es sustancial, con costos directos de atención médica estimados entre seis y ocho veces más altos que en los casos no infectados, en gran medida atribuidos a la hospitalización prolongada.10,11 Consenso reciente con respecto a la definición de La FRI ofrece claridad, pero el manejo efectivo sigue siendo intrincado, lo que requiere colaboración interdisciplinaria y pautas integrales.12 Los objetivos quirúrgicos abarcan la erradicación de la infección y la restauración de la integridad y estabilidad ósea, que a menudo implican intervenciones en múltiples etapas.13 Además, la recurrencia de FRI presenta un escenario particularmente preocupante, que puede conducir a una mayor morbilidad, cursos de tratamiento prolongados y un mayor sufrimiento psicológico.14 En particular, un análisis a nivel nacional realizado en Alemania reveló que más del 25% de todas las FRI (1.893 de 7.158 individuos) tenían una comorbilidad psicológica secundaria preexistente según los diagnósticos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE)-10 capítulo F.15 Además, se observó que el número de pacientes con comorbilidades psicológicas había aumentado un 24% durante la última década.16
Sin embargo, a pesar del énfasis predominante en la evaluación quirúrgica, la investigación centrada en los resultados informados por los pacientes sigue siendo limitada. Cabe destacar que el profundo impacto de las infecciones relacionadas con fracturas en la salud mental, la intrincada adaptación psicológica al trauma y la aparición de infecciones relacionadas con fracturas como secuela secundaria han sido relativamente poco explorados. Estas facetas cruciales merecen una atención meticulosa para comprender de manera integral las implicaciones holísticas de las infecciones relacionadas con fracturas más allá del ámbito físico.
Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue una evaluación longitudinal de la carga de síntomas psicológicos y las expectativas de recuperación en pacientes con infecciones relacionadas con fracturas recurrentes en comparación con aquellos con infecciones relacionadas con fracturas primarias. Al explorar los matices de estas dimensiones psicológicas en el contexto de los casos de reinfección, esta investigación busca contribuir a una comprensión más integral del impacto psicológico de las infecciones relacionadas con fracturas e informar estrategias para mejorar la atención y los resultados del paciente.
Resumen
Objetivos
Las infecciones relacionadas con fracturas (IFR) son una complicación devastadora del manejo de las fracturas. Sin embargo, el impacto de las IFR en la salud mental sigue siendo poco estudiado. El objetivo de este estudio fue una evaluación longitudinal del estado psicológico de los pacientes y las expectativas de recuperación comparando a los pacientes con infecciones relacionadas con fracturas recurrentes con aquellos con infecciones relacionadas con fracturas primarias.
Conclusión
Los hallazgos demuestran la importante carga psicológica que experimentan las personas que se someten a un tratamiento por FRI, que es más grave en el caso de FRI recurrente. Comprender las dimensiones psicológicas de las FRI recurrentes es crucial para la atención integral del paciente y subraya la importancia de integrar el apoyo psicológico en el paradigma de tratamiento para estos casos.
Infection is a devastating complication of any type of surgery. The current focus on fracture-related infection is important, and every aspect of the patient experience should be considered.#BJO #Trauma #MentalHealthhttps://t.co/wl2ibJcONc pic.twitter.com/OU1zIdDIUX
— Prof Fares Haddad (@bjjeditor) August 29, 2024
Copyright © 2024 Walter et al.
Mensaje para llevar a casa
Este estudio destaca el importante impacto psicológico de las infecciones relacionadas con fracturas (FRI), en particular las FRI recurrentes, en los pacientes.
Demuestra que los pacientes con FRI recurrentes experimentan niveles más altos de depresión y ansiedad con el tiempo en comparación con aquellos con FRI primarias.
Los hallazgos enfatizan la necesidad de incorporar apoyo psicológico en los planes de tratamiento para pacientes que enfrentan FRI recurrentes para garantizar una atención integral.
Walter N, Loew T, Hinterberger T, Alt V, Rupp M. Managing more than bones: the psychological impact of a recurrent fracture-related infection. Bone Jt Open. 2024 Aug 1;5(8):621-627. doi: 10.1302/2633-1462.58.BJO-2023-0156.R1. PMID: 39084630; PMCID: PMC11290945.
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